Autosaboteos de las PAS: El «No me atrevo», El «No quiero molestar» y el «Tengo que aguantar»

Autosabotaje es cuando decimos que queremos algo y después nos aseguramos de que no suceda.

Alyce P. Cornyn-Selby

Hace años, no demasiados, iba en un taxi que tenía puesta la radio a tope.

A tope para mí, claro, que percibo el ruido magnificado, seguro que para el taxista estaba a un volumen aceptable.

En la radio estaba hablando un hombre al que habían matado un hijo en circunstancias horrendas. Y claro, el pobre estaba llorando, con una angustia increíble. El de la radio digo. El taxista ni se inmutaba. Lo mismo ni estaba escuchando.

Al minuto de estar en el taxi se me puso el corazón en un puño, y tuve esa sensación de querer escapar de la situación, de salir corriendo de allí.

Vamos, que lo empecé a pasar realmente mal.

Pero no me atreví a decirle a taxista que lo quitase (y eso que como clienta que era, probablemente hubiese estado en mi derecho a hacerlo).

Pero no lo hice. Me callé. Estuve como 8 o 10 minutos que duró el trayecto aguantando el tener que oír el infierno de aquel pobre hombre con su hijo asesinado.

Más tarde ese día, pensé que la próxima vez que me pasase algo así de estar en una situación donde puedo mirar por mi, iba a abrir la boca y por lo menos pedir lo que necesitaba.

Porque claro, se dieron tres autosaboteos super frecuentes en las personas altamente sensibles: el tengo que aguantar, el no me atrevo y el no quiero molestar.

El aguantar de las PAS es esa desconexión perpetua de ti mism@, de tu cuerpo, de tu intuición.

Es el ignorar esa vocecilla en tu cabeza que te dice basta ya, es ese estar acostumbrad@ a dejarte tirad@, a obligarte a ti mism@ a “aguantar” como los demás…

El no me atrevo es ese no creer en ti mism@ porque no sabes cuáles son tus fortalezas, es el ni siquiera apostar por ti, es no darte oportunidades, es el ponerte la zancadilla a casi cada paso que das.

Y el no voy a molestar, es un poco hijo de los anteriores; es no entender que la gente no percibe el mundo igual que tú (o al revés, que tú no percibes igual que la mayoría).

Es el no haber ocupado tu lugar en el mundo, el ir de poca cosa, el creerte menos que los demás, y también el querer evitar posibles conflictos.

Cuando estamos en una situación donde se nos presentan algunos (o todos) de estos saboteos, la mayoría de PAS tendemos a irnos a nuestra mente, la cual nos da razones superconvincentes y lógicas para dejarnos llevar por el «no me atrevo, no quiero molestar y tengo que aguantar».

Así que te callas mientras te dices cosas como “en realidad no importa tanto”, “qué más da”, etc, y vuelves a tapar tu voz interior, vuelves a negarte, a invalidar lo que sientes y a ignorar tus necesidades.

O puede que ya estés muy hart@ de aguantar lo inaguantable y te vayas al otro extremo, como veo que hacen algunas PAS, las cuales vocalizan que todo les molesta, se quejan por la más mínima cosa, y van de abanderados de la justicia (de la suya propia, claro).

Bueno.

Hay un camino en el medio, que no es ni el de callar y aguantar, ni el de agredir y ser un/a quejica.

Es el camino de conocerte muy bien, de conocer la alta sensibilidad y saber qué necesitas y atreverte a pedirlo a los demás. De validar lo que sientes, piensas y percibes.

También es el camino de respetar a la mayoría de gente, que no es tan intensa como tú, y el de comprender que vivimos en un mundo donde tenemos que convivir con una estimulación “extra” y que tienes que ser tu quien cuide de ti mism@, porque si tú de adulto no sabes hacerte cargo de ti, nadie lo va a hacer.

Y es también el de saber (con mayor o menor acierto) donde está la delgada línea entre callarse porque no puedes exigir que el mundo funcione según tus niveles de estimulación y abrir la boca y cuidar de ti porque necesitas mirar por ti en un mundo que a priori no es muy favorable para los que tenemos un sistema nervioso más receptivo.

Por ejemplo, si el taxista hubiese tenido puesta la música de Radio Olé, que es un tipo de música que me resulta bastante molesta, me podría haber aguantado, porque no puedo pretender que la gente lleve la música que a mí me gusta, al volumen que mi sistema nervioso tolera mejor.

Si dependiese de mí, bajaría el volumen del mundo unos cuantos decibelios, honestamente.

Pero como no depende para nada de mí, no puedo ir exigiendo que el mundo se adapte a mis necesidades ni a mis niveles óptimos de estimulación.

Lo que sí puedo hacer es velar por mis necesidades. Como un adulto cuidador. Como una persona que sabe que es lo suficientemente importante como para cuidar de ella misma.

Como alguien que sabe que aunque sus necesidades sean un poco diferentes a las de la mayoría son igual de importantes y válidas.

Como una persona que se toma en serio a ella misma, porque sabe que esta oportunidad de estar unos cuantos años en este mundo extraño es única y no la quiere malgastar estando siempre cabreada, cansada y sobre-estimulada.

Te espero en los comentarios 😉

4 comentarios en “Autosaboteos de las PAS: El «No me atrevo», El «No quiero molestar» y el «Tengo que aguantar»”

  1. Muy interesante.. Lo tendré muchas veces en cuenta… A la hora de tomar decisiones.. Solo añado que la mayoría de las cosas se escapan del control de todas.. PAS o no PAS.. Asi que debemos sacar lo positivo de este don.. Que es mucho…me ha costado mucho entenderlo. Gracias por tus palabras

  2. Desde que descubrí que soy PAS y busco información para entender lo que ha pasado en mi vida mientras intentaba entenderla, no hace más que explotarme el cerebro de tanta realidad y de porfirn entender las cosas. Gracias de verdad por escribir lo que necesitaba leer.

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