Primero me encontré a mí misma y luego otros como yo me encontraron.
Cuando era adolescente me veía a veces a mí misma casi casi como a una extraterrestre. *
Una especie de marciana a la que por alguna razón la nave nodriza había dejado abandonada en un pueblo del centro de España y a la que se habían olvidado de ir a recoger.
No veía gente como yo a mi alrededor.
Bueno, tampoco sabía muy bien cómo era yo, claro.
Ese era uno de los grandes problemas.
Que hasta que no te ves realmente cómo eres no puedes reconocer a otros que son igual que tú.
Y no puedes explicar quién eres ni lo que necesitas a otros que a lo mejor no son como tú, pero que sí que te respetan y te podrían llegar a entender a su manera.
Yo tampoco es que estuviese “sola, sola”; había gente con la que podía hablar.
Pero una parte de mí se sentía sola porque estaba siempre representando el personaje que «tocaba» para cada ocasión dependiendo de con quién estuviese.
Esto no tiene que ver con ser una persona falsa, ni nada de eso.
Esta especie de camuflaje social es una estrategia bastante común que empezamos a desarrollar las PAS ( y más las PAS con alta capacidad) desde la adolescencia más o menos.
Como no sabemos como somos y nos vemos diferentes, tendemos a «copiar» comportamientos que vemos a nuestro alrededor y que no van en realidad con nosotr@s.
Bueno.
Pensaba que quizá encontraría a otros como yo cuando saliese de mi pueblo. Y así fue.
Pero me dio igual porque no los supe reconocer. No pude acercarme a ellos de manera auténtica porque estaba en guerra conmigo misma.
Porque claro, sí, hay gente que somos diferentes de alguna o muchas maneras al resto.
Pero la soledad no viene de (o solo de) ser diferente.
Hay una parte que sí, obviamente, porque si por dentro funcionas de un modo un poco distinto a la gran mayoría pues es lógico que te cueste más encontrar a gente con la que estés a gusto y con la que sientas que encajas.
Pero por lo que yo he visto y he vivido, viene mucho también de no conocer o no entender tu diferencia, y de luchar contra ella, y tratar de “esconderla”.
Y de no permitirte ser tú mism@, porque no sabes bien quién es ese «tú mismo».
Porque cuando tienes una guerra dentro de ti, donde una parte de ti, tu parte auténtica, tu ser, tu alma, tu corazón, llámalo como más te guste, está luchando contra otra parte, el “personaje” (las normas sociales, lo que te han dicho que deberías ser o quien piensas que deberías ser para tener una buena vida) es muy difícil poder ser vulnerable y conectar con otr@s.
Y una de las pérdidas que más nos suelen doler y que más nos impactan a los seres humanos, y más a los humanos sensibles, son aquellas que se dan en las relaciones con los demás
Incluso para las PAS que tenemos un marcado lado solitario, los problemas en las relaciones con los demás (o su ausencia) nos afectan mucho.
Porque queremos ser queridos y aceptados y a veces sentimos que esto es algo que nos pasa de lejos, como que no es para nosotros y que es nuestra culpa.
Sin embargo, cuando te conoces de verdad, cuando empiezas a cuidarte y a reconciliarte con esa persona que eres y que siempre has sido, ocurre este extraño fenómeno que es que empiezas a ver a otra gente como tú.
Y la gente que también es como tú te ve a ti.
Y empiezas a ver tus rarezas como algo normal.
Porque aunque eres diferente eres normal. Es la sociedad la que está mal, no tú.
Esto es importante recordárselo de vez en cuando.
Y encuentras a gente con la que te sientes vist@, cuando no estás fingiendo que eres como el resto, y que te gustan cosas que en realidad no te gustan, porque ya no estás en ese perpetuo camuflaje de tu persona.
Y porque dejas de luchar contra tu diferencia, y la abrazas, con lo cual otra gente que también es diferente te ve, y algunos de los que no son diferentes te aprecian, a ti, y a tu diferencia.
Porque tu diferencia solo se convierte en algo “raro” y oscuro cuando la camuflas, cuando la niegas.
Y entonces, encuentras a gente que te ve y te vas a dar cuenta de que hasta ese momento has estado huérfan@ de unos ojos que te pudieran ver cómo eres de verdad y que cuando otros te han aconsejado (a veces con todo su amor y buena intención) te estaban llevando a lo que para ti hubiese sido un precipicio porque no entienden cómo eres.
Ni falta que hace, por cierto.
Aunque a esto de que no te importe si la mayoría de gente no te entiende o te llega a ver en profundidad se llega después de cierto trabajo personal.
Al menos en mi caso ha sido así.
Y te das cuenta de que estuviste buscando en los lugares incorrectos, siguiendo a la gente inadecuada, intentando ser de una forma que no eres.
Y aún te sigue gustando la soledad, pero esta es ya una soledad sanadora y elegida, no un destierro que no pediste y que te asfixia y se te cae encima como una losa pesada.
Esa especie de soledad existencial que siempre tuviste ya no te acecha en tus momentos bajos.
Pero claro, a esto no llegamos cuando sabemos que somos altamente sensibles.
Esa es “solo” la puerta que se puede abrir si tú quieres y haces el trabajo de quitarte esos muros que te tuviste que poner para protegerte todos estos años y que ahora lo único que hacen es aprisionarte y alejarte de quién eres auténticamente y de los demás.
Porque hasta que no te quites todas esas capas que te separan de tu verdadero yo y de los demás, los demás serán incapaces de verte.
Te espero en los comentarios 😉
*PD: Por cierto, esto de sentirte como un extraterrestre a la que la nave nodriza ha abandonado está recogido en investigaciones y libros sobre altas capacidades y superdotación como una fantasía común que tienen los niños y niñas y adolescentes con altas capacidades y/o superdotación.
Es muy difícil por no decir casi imposible que los que no son PAS vean el mundo como tú lo ves. Yo no sé si soy o no, pero tengo siempre los sentimientos a flor de piel y soy supersensible a todo, críticas, acciones o palabras. Me dicen que soy rara, muy susceptible y demasiado sensible. Me gustaría tener un diagnóstico exacto para saber si tengo este rasgo y qué herramientas tendría en caso de ser PAS para no pasar tantos ratos de angustia y tristeza. Gracias ❤️
Si, Vero, es que el rasgo si no nos enseñan a manejarlo es muy fácil que caigamos en comportamientos de ser muy susceptibles, por eso es importante entender y trabajarse el rasgo.
un abrazo
María
Excelente, lo clavas!!
Gracias Eugenio 😉
María,es tan cierto todo lo que dices.
Me quedo con la frase inicial de «Primero me encontré a mí misma y luego otros como yo me encontraron» porque es tal cual. Ahora me siento rodeada de otros como yo que me ven y los veo y es una sensación maravillosa pero evidentemente hay un trabajo detrás.
He tenido, y sigo trabajando en ello, que quitarme las capas y el camuflaje y empezar a verme y a amar mis rarezas.
Ahora tengo muy claro que lo que está mal es la sociedad, no yo.
Y lo sentirme extraterrestre, totalmente mi caso. Desde muy pequeña hasta no hace mucho años siempre he creído que me habían dejado en el planeta equivocado por error y miraba al cielo pidiendo volver a casa.
Recuerdo que cuando vi de niña la película de ET me impacto muchísimo y me sentí identificada con él y esperaba que vinieran a recogerme a mi también.
Maravilloso artículo como siempre. Un abrazo.
Si, Yolanda, totalmente de acuerdo con lo que dices. Muchos nos hemos sentido como tu y muchos estamos en el camino que tu también.
un abrazo 😉
Maravilloso. Me ha encantado lo de la nave nodriza… tal cual lo cuentas. Hubiese estado genial tener toda esta información cuando éramos niños.
Gracias por el artículo 🙂
Si, Nieves, nos habríamos ahorrado algún que otro problema si hubiésemos sabido todo esto antes. Gracias por comentar. Un abrazo 😉
Estoy de acuerdo contigo Maria, hay mucha gente que no nos entiende y en mi caso particular a la que no le caigo bien. Esto es doloroso ya que nadie tendría que cambiar su manera de ser para ser como los demás y ser aceptado. Aunque yo sigo comportándome como soy y más ahora que ya no tengo veinte años sigo las miradas de la gente sobre mí cuestionando mi manera de ser, intentando ignorarme, no te consideran uno más de su grupo, yo ya lo tengo asumido. Tengo mis amigos que se pueden contar con los dedos de una mano, como se suele decir, pero aparte de este pequeño círculo no he encontrado personas que estén a mi mismo nivel, libres de envidia y con ánimo de ayudar a los demás. Una pena, en fin, ellos se lo pierden. Cuando era pequeña me gustaba fantasear con los ovnis y también esperaba que viniese alguno paea llevarme a dar una vuelta. La percepción de ser diferente es inherente a nosotros, pero diferente, es sólo eso diferente ni mejor ni peor, la diferencia enriquece aunque haya quien no lo sepa apreciar.¡Viva la diferencia!
Exacto Carmen, la diferencia enriquece. Muchas gracias por pasarte a contar tu experiencia. Un abrazo 😉
Fantástico el artículo!!?
Así me sentía yo de pequeña..?ajena al mundo.
Hasta en las notas del colegio lo reseñaban:está al margen de la clase.
Yo no entendía nada,ni me sentía parte del grupo.
Gracias a la persona que me ha ayudado a entenderme y ❤️
Hola María Jesús. Si, ese «estar al margen» es un sentimiento que hemos vivido prácticamente todas las PAS. Gracias por comentar.
un abrazo 😉