Dime, ¿qué piensas hacer con tu única, salvaje y preciosa vida?
El día de verano. Mary Oliver
De pequeña era una niña ya intensita, como todos l@s que somos así. A menudo pensaba en la muerte. Y me daba miedo. La eternidad era un concepto inabarcable para mi pequeña mente.
Ahora no me da miedo morirme pero sí que tengo muy claro que cuando llegue el momento no quiero arrepentirme de nada.
Hace unos años una señora que se llama Bronie Ware se hizo muy famosa con su libro que hablaba de los cinco principales arrepentimientos de las personas que se están muriendo.
El primer y mayor arrepentimiento de los moribundos es que desearían haber tenido el coraje de haber sido auténticos.
Lo que sea que eso signifique para cada uno.
Y siendo PAS el ser auténtico pasa sí o sí por entender bien y abrazar tu alta sensibilidad.
No hay otra. Igual que el vivir una vida donde no eres auténtic@ pasa por negarla y no darle importancia.
Es verdaderamente triste.
El que alguien esté en sus últimos momentos de vida y se dé cuenta de que no ha sido fiel a quién era, de que NO LE HA MERECIDO LA PENA todo ese esfuerzo titánico por llevar un disfraz que ahora con los últimos latidos de su corazón ve que en realidad se ajustaba a lo que la sociedad, o su familia le pedían y no a lo que él o ella de verdad querían.
Porque claro, vivir como alguien que no eres es un desperdicio total de esta preciosa Vida que te ha sido dada.
Además, vas a sufrir lo tuyo. Ya lo sabes.
Porque muchas PAS (ya si eres superdotada ni te cuento) tienen una conciencia alta que es como una perpetua vocecilla en algún lugar de su mente que les dice que tienen que aprovechar el tiempo que les ha sido dado, que no pueden malgastar tu potencial, que tienen que aportar al mundo, hacer que tu vida cuente.
Y claro, si sabes que no lo estás haciendo pues sufres.
Porque viviendo una vida de prestado es imposible que estés desarrollando tu potencial y estés dando lo mejor de ti.
También hay algo importante que no hay que olvidar y es que todos somos hijos de la época y del entorno que nos ha tocado vivir, y eso no lo elegimos. Y cada cultura premia unos tipos de personalidades, de comportamientos y de tendencias naturales, y castiga otros.
Eso es así desde que el mundo es mundo.
Muchos de los comportamientos típicos de la alta sensibilidad son castigados y los de las Altas Capacidades son castigados y envidiados, igual que es castigada la introversión o la timidez en cierto modo.
Pero esto no quiere decir que estés condenad@ a llevar una vida desgraciada por haber nacido con unas tendencias y un tipo de personalidad que la sociedad no premia naturalmente. O que tengas que vivir permanentemente enfadad@ con el mundo por nacer de una manera que no pediste.
Para nada.
Puedes aprovechar esa vena justiciera que tenemos las Personas con alta sensibilidad para empezar a poner ese dedo acusador que pones sobre ti mism@ en la sociedad y en el sistema: no es que yo sea demasiado sensible, sino que soy sensible en un sistema al que no le interesa que haya personas sintientes, un sistema que tapa la expresión de emociones y al que le molesta que haya gente que las expresen abiertamente.
No es que yo piense demasiado, es que vivo en una sociedad donde cuanto menos piense la gente mejor, porque así nadie se plantea lo que está mal con el sistema y no se irá a cambiar nada.
Y así, vas a empezar a entender que tú nunca has sido un error, sino que es el sistema el que está fallado, no permitiéndonos ser a los humanos como somos en toda nuestra gama de comportamientos, intentando uniformarnos, etiquetándonos como adecuados e inadecuados, como enfermos o sanos según unos intereses capitalistas y unos criterios que pone una mayoría y que dejan fuera al resto de gente que naturalmente no se ajustan a esos criterios.
Y ahí nace la RABIA.
La rabia es una emoción que si la sabes orientar es profundamente sanadora.
La rabia, que al contrario de lo que muchos piensan no tiene que ver con ser violento, o con ser una persona que está siempre enfadada, no.
Si te dejas sentirla en lo profundo de ti vas a cruzar un puente… en el que no hay marcha atrás.
Un puente que te va a llevar de una vida en la que has ido de poca cosa, sobreviviendo, a una vida donde ocupas tu sitio, donde no te vas a dejar avasallar por los demás, donde te vas a sublevar contra esa voz de tu mente que te dice que no vales tal cual eres y vas a centrarte en las cosas importantes de tu vida, en vez de luchar contra ella.
Dónde peleas por tus sueños, por esa vida que estaba esperando a que despertases, a que la reclamases, a que dejases de esconderte y por fin te dijeses a ti y al mundo, estoy aquí, existo con un propósito y no voy a esconderme más.
No voy a replegar mis alas.
Voy a volar alto le pese a quién le pese.
Todo lo pasado te ha traído hasta aquí y puedes mirar atrás y dar gracias.
Y ahora sí, vas a poder vivir con la tranquilidad y la seguridad de que en tus momentos finales no vas a arrepentirte de no haber sido auténtico.
Te espero en los comentarios 😉
Me gusta la perspectiva de dejar de victimizarnos y vernos como el problema y pasar a vernos como la solución. Gracias
Eso es Belén. Cero victimismo. Gracias por tu aporte ❤
Yo también desde niña he sentido curiosidad por la muerte creo que en nuestra sociedad no se afronta el tema desde la perspectiva adecuada. Siempre he tenido claro que cuando mi vejez me obligue a mirar a la muerte más de cerca o si la enfermedad me condena a ella no quiero arrepentirme de nada, sobre todo de cosas que no haya hecho y que estuvieran a mi alcance. Día a día lucho por ello, por ejemplo viajar todo lo posible para mi enriquecimiento personal, no permitir que el trabajo me robe mi tiempo y mi energía…. Gracias por este blog María, enhorabuena.
Hola Mónica. Gracias por tus palabras y por tu aporte.
Efectivamente, es que vivimos en una sociedad bastante infantilizada y absurda y un tema tan importante como es la muerte se afronta prácticamente evitando pensar y hablar de ello.
un abrazo 😉
Muy bien expresado. Para mi la rabia ahora es la fuerza motora para no permitir ni un comentario más sobre mi persona cuestionándome por ser «demasiado» en todo.
Así es Eleonora 😉
Hola Chema. Exacto. Hay que conocerse bien y ser honesto con uno mismo y seguir cada un@ su propia verdad y camino aunque sean diferentes del de la mayoría. Este es uno de los temas que más sale en sesiones con mis clientes, porque no siempre es fácil. Gracias por tu aporte. Un abrazo 😉