¿Qué ganamos con navegar hasta la Luna si no somos capaces de cruzar el abismo que nos separa de nosotros mismos?
Thomas Merton
Muchos de nosotros no queremos ser como nuestra madre o padre altamente sensibles.
O al menos, nos gustaría gestionar nuestra vida y nuestra alta sensibilidad mucho mejor de lo que lo han podido hacer ell@s.
Porque vemos que no han llevado o no llevan una buena vida, que no se han sabido gestionar, que no han sido felices o que han sufrido mucho.
Como la alta sensibilidad se puede vivir de muchas maneras, es normal, sobre todo para la gente que ya tiene una edad como tus padres, que lo hayan reprimido, que lo hayan tapado ante los demás, y ante ellos mismos, claro.
Pero la alta sensibilidad está ahí, indiferente a los deseos del que la posee e impregna toda tu vida con su luz y su sombra, dependiendo de lo que hagas con ella, dependiendo de si la acoges o de si la niegas.
En las primeras sesiones con mis clientes oigo todo el rato cosas como: “mi madre no parece una Pas porque hace como que no le importan las cosas, pero yo he visto que sí que lo es. Porque le da muchas vueltas a todo y a veces no puede evitar emocionarse en algunas situaciones aunque lo intente ocultar”.
“Mi padre es buena persona pero está siempre quejándose de todo, que si el gobierno, que si la gente, que si esto o lo otro, siempre hay algo que le parece mal”
O “mi padre ha estado siempre ausente, se le ve que es sensible porque se emociona con cosas, y es bueno con los animales y con la gente en general, pero en mi casa no nos ha hecho ni caso, es como si estuviese cerrado a su mundo interior”…
Si la madre o padre altamente sensible está vivo o viva y tienes relación con él o ella es probable que en algún momento le vayas a hablar de la alta sensibilidad con ese entusiasmo eléctrico del que descubre un tesoro y quiere ir a compartirlo con otros que sabe que también tienen ese mismo tesoro escondido.
Y esto es recibido normalmente con resistencia y negación por parte del progenitor altamente sensible que, sobre todo si ya es muy mayor, no quiere abrir una puerta que siempre ha tenido cerrada.
Para protegerse, claro.
Igual que hemos hecho los demás hasta que hemos entendido de que va todo esto.
Porque entender de verdad que es la alta sensibilidad y lo que significa en tu vida, significa también mirar hacia atrás y ver y sentir muchas pérdidas y mucho dolor que te hubieses podido evitar si hubieses sabido cómo eras y eres realmente.
Si alguien se hubiese puesto frente a ti y te hubiese explicado que tu manera de ser y estar en el mundo no es demasiado nada, y que no eres defectuoso.
Y claro, no todo el mundo quiere o puede abrir esa puerta.
El verdadero autoconocimiento es para valientes y osados. No es un camino de rosas como nos vende autoayudolandia.
Pero el negarnos a nosotr@s mism@s tiene consecuencias nefastas.
Estamos con gente que no nos conviene, que no nos acepta, porque no nos aceptamos, porque no nos creemos suficiente siendo como somos.
Estamos en trabajos que nos comen el alma, porque no sabemos quiénes somos ni lo que hemos venido a hacer a este mundo y porque ya nos hemos resignado a que esta vida es la que “nos ha tocado”.
Vamos por el mundo como pidiendo perdón hasta casi por existir hasta que no entendemos que tenemos nuestro lugar en él, por muy diferentes que seamos.
Y en fin.
No sé qué hace que unos tengamos el regalo de habernos visto realmente como somos, de poder tener una vida plena (no digo sin dolor, digo plena, en el sentido de que tiene significado), y otros no tengan este regalo.
No lo sé.
Hay PAS que estarán siempre padeciendo de más, odiándose a sí mismas, intentándose cambiar, yendo por la vida como si debieran algo, escondiendo y tratándose de su supuesta deficiencia, como si su existencia fuese un error cósmico, como si fuesen un eterno problema a solucionar.
Pero los que como tú y como yo tenemos el regalo de haber podido hilar ese precioso telar que es nuestra vida y nuestra alma tenemos que aprovecharlo.
Si, también en nombre de nuestros padres que no han tenido la misma suerte, ¿no te parece?
Te espero en los comentarios 😉
Gracias
Gracias a ti por comentar Ángeles. Un abrazo 😉
Me ha encantado Maria!!...
Mucho que hablar sobre los progenitores de las PAS.
Mil gracias!!
Muchas gracias Silvia.
un abrazo 😉
Genial María, esas son las palabras que solo sonaban en mi cabeza: no nos creemos suficientes por como somos......y lo de los padres no lo había pensado. Pero lo estoy viendo en mi hijo y quisiera que él lo gestionara mejor que yo.
Hola Beatriz. Gracias por comentar. Claro, te entiendo. Una de las principales razones por las que vienen a sesión much@s de mis clientes es porque quieren aprender a manejar mejor aspectos de la alta sensibilidad para que sus hij@s PAS tengan un buen ejemplo de ell@s.
un abrazo 😉
A mi me da mucha pena que mi madre, ya fallecida, no tuviera la oportunidad de conocer toda esta información. Ella era una persona muy sensible, muy lista a pesar de no tener estudios, alegre, cantarina, amante de la música y de las cosas bonitas además de trabajadora incansable y una persona muy solidaria y empática entre otras muchas cualidades, pero muy nerviosa e impaciente también. No tenía paciencia para enseñarnos por ejemplo a coser o a cocinar y yo creo que era por no parar y tener espacios para ella para gestionar su saturación, para entenderse. Qué bueno que hoy día tengamos toda esta valiosa información para ir entendiéndonos mejor y sentir nuestra valía. Muchas gracias por tus posts. Me ayudan mucho a entender bastantes episodios de mi vida. Un abrazo grande
Hola Alicia. Es cierto que da mucha pena pensar que nuestros padres no han tenido la oportunidad que tenemos nosotras de aprender a gestionarnos bien. Gracias por tu comentario. Un abrazo 😉